Archivo de la etiqueta: Artículo de opinión
La frivolidad y el deporte
El deporte ha dejado de ser, con frecuencia, algo que nos ayuda a vivir, a tener unas mejores condiciones de vida, para pasar a ser una obsesión en la que queremos superarnos, tener mejor marcas, hacer algo más emocionante, competir con los otros. En lugar de estar a nuestro servicio para ayudarnos a ser mejorando nuestra salud, nos ponemos al nosotros al servicio de una espiral auto-referente que no nos aporta nada más que auto-satisfacción mientras somos capaces de mantener el ritmo que nosotros nos auto-exigimos.
Adela Cortina habla sobre la pospobreza
Os invito a leer este artículo que publicó Adela Cortina en el periódico El País el pasado 5 de Diciembre.
Habla sobre un objetivo para nuestra sociedad con el que coincido y para el que hice una propuesta en mi libro economía para la esperanza.
Os aconsejo que lo leáis, está lleno de sabiduría.
Efecto desánimo en esta generación
Cuando nuestros esfuerzos no dan frutos, cuando las horas de estudio, trabajo y dedicación no se ven en los resultados finales, la frustración y el desánimo invade a nuestros jóvenes y población en general. Esto genera una sociedad desmotivada. No existe relación directa, en todos los casos entre los esfuerzos y el éxito. Un ciclo viciado, en donde hay muchos no triunfadores y muy pocos consiguiendo el exito
Enseñanzas que nos aporta la realidad sobre la globalización
Artículo de la revista noticias obreras nº 1651, páginas 232-233
La situación actual, con la invasión rusa de ucrania y lo que esto está suponiendo para los mercados mundiales de la energía, nos da enseñanzas sobre las ideas falsas que tienen muchos sobre las bondades de la globalización y nos animan a pensar en un mundo en el que tal vez tengamos que depender menos de los otros para nuestra propia vida.
Refugiados ¿Todos iguales?
En un momento en el que se alerta sobre el trato desigual que experimentan refugiados de diferentes guerras según tengan una nacionalidad u otra, creo que es un buen momento para pararnos a pensar un poco sobre ello.
Planteamientos vitales ante la España vaciada
¿Dónde vivo? ¿Dónde trabajo? ¿Donde me socializo? Las contestaciones a estas tres preguntas no son iguales ni están estandarizadas. Existe personas que deciden trabajar en la España vaciada pero se socializan y viven en ciudades grandes, otros que optan por ir a pueblos vaciados para vivir y socializarse pero trabajan en lugares bastante poblados, otros viven en ciudades y trabajan allí pero se socializan en la España vaciada, etc.
Las mejoras de las infraestructuras de transporte que reducen el tiempo de traslado de un lugar a otro y lo hacen más seguro son el principal factor que permite que sea posible vivir, trabajar y socializar en lugares distintos.
La existencia de los reyes magos (2)
Esto nos demuestra el poder que tenemos las personas cuando nos ponemos de acuerdo y soñamos todos juntos en algo: conseguimos que la utopía se haga realidad, aunque sea algo tan quimérico como unos reyes que llegan a todos los rincones de España llevando regalos a quienes creen en ellos.
La existencia de los reyes magos (1)
Espero que os guste, el próximo lo pondré cuando los niños vuelvan a sus centros educativos.
El mejor regalo para la Navidad
El mejor regalo que podemos ofrecer a los demás, somos nosotros mismos, nuestros frutos. Nada hay tan diferente, tan único y tan especial, es algo que nadie más puede regalar y demuestra nuestro cariño hacia el receptor de nuestro presente.
El éxito auto-referente
La búsqueda constante del triunfo es una fuente de infelicidad y de vidas incompletas.
El concepto del éxito desde el economicismo
Después de la mini-conferencia del jueves en Bétera, os regalo tres reflexiones sobre este tema.
En nuestra sociedad economicista, este éxito se cuantifica (como casi todo) a través de las ganancias que se obtienen, de los ingresos que nos proporciona nuestra actividad, nuestro día a día.
Lograr unos ingresos elevados es una muestra de éxito y aquellos que lo logran son un ejemplo para nuestra sociedad.
Escuchar para dialogar
Si analizamos lo que escuchamos, si juzgamos lo que dice el otro, tampoco estamos escuchando, tampoco estamos recibiendo lo que el otro le dice.
Sobre la polarización política
Así se corta la conversación de raíz, con la excusa del otro, no se conversa y la política se queda en consignas que se arrojan unos a otros sin posibilidad de diálogo.
Francisco y los movimientos populares
Artículo publicado en el número 1634 de diciembre de 2020 de la revista Noticias Obreras (Pág: 12-13)
Acabo de leer el documento que los Movimientos Populares hacen llegar al papa Francisco y a todos quienes participamos de alguna manera en el encuentro de Asís titulado Economía de Francisco. Mi primera impresión después de la lectura de sus ocho páginas es la de sentirme abrumado y siento la necesidad de volver a leer las 53 propuestas (si no me he equivocado al contarlas ya que no están numeradas) para poder hacerme una idea más precisa del texto.
Porque la esencia del documento es esta, las 53 propuestas divididas en cinco campos 1.- Ecología integral y bienes comunes, 2.- Democracia económica, 3.- Tierra, techo y trabajo, 4.- Educación, salud, comunicación y tecnología y 5.- Soberanía, movilidad humana y paz. Con estas propuestas los movimientos populares pretenden “aportar elementos para imaginar un sistema alternativo superador, erradicando la idolatría global del dinero que estructura la economía global y nuestras vidas; dándole centralidad a la naturaleza, las mujeres y los hombres.”
Como punto de partida quiero aclarar que comparto la pretensión del documento y creo que está en la línea de lo que quiere también el encuentro de Economía de Francisco. Opino que es una aspiración mucho más generalizada de lo que podría percibirse en el debate público, pero que muchas personas no tienen claro cómo hacerlas realidad y otras quieren hacerla compatible con el objetivo primordial que es ahora el crecimiento económico.
Compartir la pretensión final no se traduce en mi caso en estar de acuerdo con todo el contenido del mismo. Me apena ver lo que desde mi opinión es un error de bulto en el análisis inicial que creo que se habría podido evitar fácilmente. Me refiero a la frase que dice “Conocemos el poder del dinero para subordinar a los gobiernos, sostener el status quo, ampliar los privilegios de las élites y reducir los derechos de las mayorías”. Opino, sinceramente, que no es el dinero quien subordina los gobiernos, sino los prestamistas a los que tienen que recurrir por el elevado endeudamiento en el que incurren, el afán de mayores ingresos que corroe a las personas, a las empresas y a los mismos gobiernos y una organización económica basada en la búsqueda egoísta de tener más. El dinero es simplemente un instrumento que podemos utilizar de muchas maneras. De hecho, una de las propuestas del documento es “establecer una nueva moneda internacional”¿Por qué vamos a proponer una nueva moneda si el dinero tiene ese poder? ¿No sería mejor entonces una sociedad sin dinero si este es tan malo?
Y esto me sirve para enlazar con lo que para mí es la debilidad mayor de este documento que contiene elementos interesantes como en seguida voy a contar. Al centrarse en todas estas medidas, olvida tratar algo de lo que creo que sí que estamos hablando en Economía de Francisco: la necesidad de cambiar de paradigma económico. Porque todas estas propuestas no solo son “brindis al sol” si nos mantenemos en el actual paradigma, sino que lo verdaderamente revolucionario (a mi modo de ver) es, precisamente, comenzar a pensar la economía desde otra perspectiva, modificar nuestras creencias económicas sobre lo que es bueno y malo y conseguir que, ese cambio de pensamiento, seduzca a personas, empresarios, gobiernos, instituciones, académicos, etc.
Solamente desde un cambio de paradigma tienen sentido las medidas que se proponen en el documento. Al igual que durante el siglo XIX y XX se cambia el paradigma económico para poner toda la sociedad al servicio del crecimiento económico, enalteciendo la búsqueda del propio beneficio, la eficiencia y una organización de los mercados que potencia a aquellos que tienen la capacidad de grandes ganancias, tendremos que construir un cambio de paradigma que identifique la bondad económica no con tener más entre todos, sino con que todos tengan al menos lo suficiente. Un paradigma que construya mercados e instituciones económicas que busquen cultivar la creación y guardarla para un futuro en lugar de explotarla.
Este cambio de paradigma llevará a la realización de muchas de las propuestas del documento, estoy convencido. Otras no creo que tengan unos resultados positivos tan claros y evidentes. De hecho, las medidas contempladas son muy variadas. Recomiendo leer el documento para hacerse una idea porque en un espacio tan reducido como este me es imposible analizarlas todas.
Las relacionadas con la ecología integral son interesantes y creo que gran parte de ellas son acertadas. Las que buscan una democracia económica son, a mi modo de ver, más polémicas y cuestionables que las anteriores. Desde la renta mínima internacional (que no básica), hasta la eliminación de las instituciones de Bretton Woods (¿es necesario eliminarlas o pueden reconvertirse?) o los controles de precios (¿qué sucede con los efectos negativos que estos generan?)… Creo que la única que puede generar un consenso generalizado es la de eliminar los paraísos fiscales. Las otras tendríamos mucho que discutir para ver cuáles son las más eficaces para lograr los objetivos del nuevo paradigma.
Las propuestas en cuanto a tierra, techo y trabajo, son mucho menos polémicas (a mi modo de ver) y van desde el derecho a un trabajo digno (se entiende que remunerado) hasta el replanteamiento de las políticas de urbanización y de reparto de la población en el territorio. Lo mismo sucede con las propuestas de educación, salud, comunicación y tecnología, muchas de las cuales deberían ser ya una realidad en nuestro planeta. En las propuestas de soberanía, movilidad humana y paz, vuelven a aparecer algunas muy cuestionables como el derecho de autodeterminación (que pueden ir en contra de la solidaridad que se defiende en el resto del documento cuando la ejercen territorios ricos) o el control estatal de muchos sectores económicos (tal vez es suficiente con una regulación que lleve los mercados en otra dirección).
En esencia, creo que lo clave ahora no son tanto las medidas sino el cambio de paradigma y, a partir de saber donde queremos ir, podremos después ver cuáles son las propuestas que nos llevan en esa dirección sin prejuicios, abiertos a comprobar qué es realmente lo mejor. El documento es positivo para aportar motivos para el diálogo y la discusión en torno a la economía de Francisco. Las conclusiones que han estado trabajando cientos de jóvenes de todo el mundo durante los últimos meses son solo el principio de lo que quiere ser un amplio movimiento que apueste por cambiar el paradigma económico.
Una sociedad ensimismada
Estamos en una sociedad autoreferente en la que muchas personas solamente se miran a sí mismas.
Esto hace que pasemos de largo ante el otro y lo otro y que solamente queramos que la sociedad y los demás se organicen de manera que nos traigan bienestar a nosotros mismos.
Vivimos ensimismados y el resto de la creación se queda a un lado, no nos interesa.
Indiferentes ante lo bueno
La sana indiferencia es esa actitud de apertura que nos hace estar abiertos ante todas las alternativas, no tener ideas previas sobre cuál es mejor y peor, intentar descubrir que es lo más adecuado en cada momento.
Es una actitud que nos abre a la sorpresa, a la plenitud de la vida, a unas posibilidades a las que nunca llegamos si siempre queremos que las cosas sean como a nosotros nos apetecen.
Lo económico al servicio de la vida plena
Se puede poner la economía al servicio de la vida plena. Para ello hay que tener en cuenta que tener es importante porque es lo que nos garantiza la posibilidad de ser, pero al mismo tiempo hay que percatarse que tiene que estar siempre al servicio de este último.
Buscar lo necesario para ponerlo al servicio de nuestras ansias de plenitud y de una vida plena es la clave para lograr hacer realidad nuestra aspiración más profunda.
Vivir en plenitud
La aspiración de toda persona es vivir en plenitud, llevar una vida total, una vida íntegra que va más allá de la felicidad.
La vida en plenitud nos trae armonía, satisfacción con nosotros mismos y una coherencia entre lo que hacemos y lo que somos
El caos del ingreso mínimo
Artículo publicado en la revista Noticias Obreras, en su número 1632 de Octubre de 2020 en sus páginas 12 y 13
Transformar desde la pandemia
Con esta entrada cierro el ciclo «Transformar desde la pandemia» con sugerencias para la reflexión a partir de todo lo que estamos viviendo.
Si queréis volver a algunas de las entradas que puse en esta serie, podéis ir a https://enriquelluchfrechina.wordpress.com/category/transformar-desde-la-pandemia/ Ahí las encontraréis todas.
Vida e incertidumbre
Una de las cosas más difíciles de afrontar en nuestras vidas es lidiar con la incertidumbre. Sin embargo, la vida, las personas y la sociedad somos incertidumbre. Por ello, aprender a amarla es una labor difícil pero imprescindible para hacer frente a los desafíos económicos y vitales que nos presenta el día a día.
Vivir el encierro en otra clave
Comparto con vosotros una artículo de un amigo turolense, Diego Loras Gimeno, en el que comparte cómo ha vivido la época de encierro. El artículo fue publicado en el Diario de Teruel la semana pasada.
Otro modo de vivir
Definitivamente este tiempo de confinamiento nos ha marcado. Muchas reflexiones se han hecho sobre si la sociedad será diferente después del Covid19 o si todo seguirá igual que antes. Sin embargo, lo que seguro podemos decir es que hemos vivido de otra manera, desde algunas dinámicas que nos hacen más felices.
El primer descubrimiento positivo de la cuarentena ha sido que hemos convivido más tiempo y con más intensidad con las personas que viven habitualmente en nuestra casa. Nos hemos dado cuenta de que las personas no somos islas aisladas en este océano que es la sociedad, sino que somos con los otros. Los rostros concretos de las personas que nos rodean son importantes en nuestra configuración personal. Hemos descubierto la mentira del individualismo. Dependemos unos de otros y es mejor que así sea.
También hemos tenido más tiempo libre en la mayoría de casos. Tanto tiempo que antes utilizábamos en los desplazamientos, en acudir a eventos innecesarios o en ir a comprar con una frecuencia mayor. Antes del Covid, una de las quejas más frecuentes era que no teníamos tiempo para hacer las cosas con las que de verdad disfrutamos. La falta de tiempo se había convertido en una de las tiranías de nuestra sociedad. Y de repente parece que si establecemos bien las prioridades, realmente si que hay tiempo para disfrutar de nuestras aficiones.
El tiempo libre nos ha llevado a otro descubrimiento: el silencio. Aunque entre tanta videollamada, Netflix y Spotify ha sido difícil, seguro que hemos tenido el lujo de estar más de una hora de silencio. Igual hay quien se ha replanteado algunas de las grandes preguntas de la vida: ¿Quién soy? O ¿Qué hago en este mundo?
Pero en el silencio no solo ha habido tiempo para preguntas. Con un poco de suerte también hemos podido acallar nuestra mente para escuchar. El creyente quizás ha redescubierto la oración y el no creyente puede que haya empezado a hacer meditación. Algunos se han podido asombrar con este cambio de perspectiva, desde estar mirando distraídamente al exterior, hacia contemplar atentamente nuestro interior.
Eso si, a las ocho de la tarde nada de silencio… ¡Todos a aplaudir! Hemos descubierto que somos más solidarios de lo que nos pensábamos. Además ha habido comandos vecinales organizando la compra para los ancianos de la comunidad o haciendo mascarillas a mano para nuestros héroes sanitarios. Esta solidaridad tenemos que potenciarla. En un mundo en el que todo es competitividad, ¿Quién querría vivir? Las grandes revoluciones sociales siempre han fracasado porque les ha faltado la solidaridad que sale del corazón de cada uno. Sin solidaridad, la libertad y la igualdad no pueden construir un mundo mejor.
Otra clave de nuestro confinamiento ha sido nuestra reducción de consumo. Por primera vez en mucho tiempo, algunos hemos distinguido con claridad entre lo necesario y los superfluo, entre lo que son deseos y lo que son necesidades. Nos hemos dado cuenta de que los eslóganes de las ONGs eran verdad: “Se puede vivir con menos”. Y puede que hasta se viva mejor. Lo que más hemos echado de menos esta cuarentena han sido relaciones, no objetos materiales. Si se hubiera podido pedir un deseo por habitante, la mayoría no habrían sido viajes, móviles o ropa de marca. Hubiéramos pedido estar con los amigos o visitar a familiares que no viven con nosotros. La sociedad del consumo nos ha engañado y es un buen momento para cambiar nuestra manera de consumir.
Por último, no podemos olvidar el medio ambiente. Hemos reducido drásticamente la contaminación de la atmósfera, los bosques, los ríos y los mares. La producción de objetos innecesarios se ha parado en seco, los viajes en avión se han reducido a los imprescindibles y lo que no habían logrado los grandes acuerdos políticos sobre el clima, lo está logrando esta pandemia. Parecía que detener el cambio climático era una quimera y sin embargo ahora sabemos que es posible. Nos tenemos que tomar esto en serio como sociedad. Estamos a tiempo y podemos vivir bien en un modelo con pocas emisiones de CO2 y cuidando nuestra casa común que es el planeta Tierra.
Seguro ha habido muchos más descubrimientos esta cuarentena, pero solo con estos nos basta para darnos cuenta de que es posible otro modo de vivir. Es un buen momento para replantearnos los fines de nuestra vida y empezar a vivir desde otras claves.
Ponernos en el lugar del otro
Os envío otro de los aprendizajes de esta pandemia para el futuro…
Los trabajos olvidados
Esta plaga nos ha recordado la importancia de algunas actividades poco apreciadas.
Los bienes relacionales
Aquí tenéis más sugerencias para mejorar nuestra sociedad en la post-pandemia. Esta vez hablo de lo que hemos aprendido sobre los Bienes Relacionales.
La relación personal en la economía
Os paso el segundo artículo de la serie «Transformar desde la pandemia»: El Valor del contacto personal. Hablo del nexo que hay entre la relación personal y la confianza en la economía y cómo podemos construir un futuro en el que los intercambios económicos sigan siendo un buen momento para la relación con el otro.
Trabajadores, jóvenes y deslocalizados
Aquí tenéis el último relato económico por ahora de la serie que estoy haciendo para el blog de Vida Nueva que se llama «el pan nuestro de cada día»
Debido a las circunstancias, hoy comienzo un nuevo blog en Vida Nueva titulado «transformar desde la pandemia» que también iré poniendo aquí y que versa sobre sugerencias para pensar por dónde queremos que transite nuestro futuro a partir de las enseñanzas que nos deja la pandemia.
Cuando acabe esto retomaré «el pan nuestro de cada día»
Gratitud, gratuidad y méritos
Os presento este pequeño artículo que habla sobre los méritos y como cuando a estos se les da excesivo protagonisto nos impiden desarrollar los valores de la gratuidad y la gratitud.
Criterios para elegir
La economía nos habla del coste de oportunidad como criterio para elegir en las decisiones económicas, pero este no tiene por qué ser ni el único ni el mejor criterio para tomar nuestras decisiones.
Esconder las debilidades
Aquí tenéis otro breve artículo sobre como la espiritualidad economicista nos lleva a avergorzarnos de nuestras debilidades y construir una imagen que no es fiel reflejo de lo que somos.
El cambio climático es una cuestión económica
Si no abordamos el cambio de paradigma económico y dejamos de pensar solo en el bienestar, difícilmente podremos hacer algo efectivo en materia de cambio climático. En este breve artículo hablo sobre este tema.
El economicismo, una nueva religión
La ciencia económica ha derivado en una manera de entender el mundo que es el economicismo. Sus seguidores la viven como si de una nueva religión se tratase.
En este breve artículo trato esta cuestión.
Economía ¿Competimos o cooperamos?
La competición no siempre es lo mejor para la economía, la cooperación puede traer mejores consecuencias en muchas ocasiones. En este breve artículo explico por qué.
¿Cómpramos en domingo?
Artículo publicado en la revista Alfa y Omega del 24 al 30 de Octubre de 2019, página 10
Se ha generalizado la costumbre de abrir en domingo. Esto ya no solo se limita a la restauración o al ocio, sino también a algunos centros comerciales y tiendas. Esto no ha supuesto un incremento de ventas como algunos auguraban, sino que las ventas semanales se reparten ahora entre siete días y no entre seis como antes. Uno se pregunta entonces ¿Qué hay detrás de esta apertura dominical que no trae más beneficios a los comerciantes y que perjudica a sus trabajadores que se ven impedidos de disfrutar con su familia el día que todos los demás están libres?
Creo que detrás de ello está la nueva religión del economicismo. Esta nos muestra un camino hacia nuestra salvación que pasa por el consumo, por la capacidad de comprar aquello que queremos. Los centros comerciales se convierten en los nuevos templos en los que puedo hacer realidad mis anhelos a través de la compra de bienes y servicios y, como toda religión, precisa de sus momentos de culto, de sus fiestas en las que se pueda alabar al nuevo Dios.
Por eso no solo hay fiestas periódicas consagradas al consumo y a las compras como son las navidades, el “blak friday”, Halloween, las rebajas, San Valentín, el día del padre, de la madre, etc. sino que también los domingos hay que consagrarlos y permitir que la gente pueda comprar en ese día. Lo importante para todos es comprar y por eso es necesario que haya gente (los trabajadores) que sacrifiquen sus domingos para que otros puedan, realmente, cumplir con aquello que es lo más importante, comprar, adquirir bienes y servicios.
Aquellos que no seguimos la religión economicista y que pensamos que el descanso dominical con la familia es más importante que poder comprar en domingo, podemos posicionarnos no solo no comprando nada en días festivos sino comprando el resto de días en negocios que no abran el domingo. Esta política podría impulsar a darle importancia a las personas y a su descanso semanal en el mismo día que su familia.
Personas, incentivos y compromiso
Artículo publicado en Economía 3, en el número de Abril de 2018, en su página 2018.
Podéis encontrar su versión on line en: https://economia3.com/2018/05/19/142810-personas-incentivos-y-compromiso/